
Me gustaba ayer, pues todo me parecía sonoro, desde el número de tu casa, hasta los colores del jardín... sí, todo era tan musical, tan natural, primaveral...
Hoy todo se ha vuelto reflexivo, otoñal, arbóreo. Yo sé, en otros ayeres lo otoñal me era casi primaveral, pero hoy ya no es hoy, sino el ayer de mañana, y mañana no más que una simple proyección del hoy, del hoy que sueña con primavera, que no concibe rama sin hoja, ni hoja sin flor...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario