martes, julio 08, 2008

Ayer

Era el tiempo en que las palabras caían sin forzarlas, era otra época, época en que las cosas simplemente sucedían. Hoy, y cuando habló de hoy quizás me refiera a mañana, las cosas no suceden simplemente, todo me parece forzado, todo tan calculado...

Me gustaba ayer, pues todo me parecía sonoro, desde el número de tu casa, hasta los colores del jardín... sí, todo era tan musical, tan natural, primaveral...

Hoy todo se ha vuelto reflexivo, otoñal, arbóreo. Yo sé, en otros ayeres lo otoñal me era casi primaveral, pero hoy ya no es hoy, sino el ayer de mañana, y mañana no más que una simple proyección del hoy, del hoy que sueña con primavera, que no concibe rama sin hoja, ni hoja sin flor...

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