jueves, febrero 09, 2006

De musas y letras griegas [II]

“Musas” un primer acercamiento.

Mis primeros años en el colegio estuvieron bastante alejados de nuestra palabrita, con suerte la escuché en alguna clase. Tal vez en algún momento de insoportable curiosidad recurrí a una definición de diccionario y por cierto, con eso tuve más que suficiente. Con el tiempo, comenzé a experimentar un primer acercamiento a esta palabrita y de paso también me aproximé a otra, bien distinta, aunque en algunos casos intímamente relacionada, y que se suele denominar “amor”. La que me aproximaba a estos dos conceptos era una chica de la clase, ella era rubia, muy linda y por cierto muy inteligente, ahhp, y como ingrediente extra tenía el nombre “X” (nombre que a partir de entonces se repetiría muchas veces en mi corazoncito). Siendo ella de las más lindas del curso, obviamente no se iba a fijar en uno de los más chicos del curso. Así mi relación con ella se limito año a año a la competencia encarnizada por el primer lugar. Sin duda ella no fue una musa para mi, yo aún no estaba preparado para comprender ese concepto, y tampoco acabé por enamorarme de ella (aunque en ese entonces si lo creía, hoy puedo asegurar que eso no era amor). Historias parecidas tuve en el resto de mis años en la escuelita, y por cierto el nombre “X” tuvo una segunda aparición, pero eso no viene al caso.

Pasando al liceo, la historia no es muy abundante, era un liceo de hombres, asi que las historias de “musas”, se remiten a una profesora que más de algún suspiro me sacó. Aquí la palabra musa podría tener cabida, pués según recuerdo bastaban unas cuantas de sus dulces palabras para que yo me pusiera de cabeza a estudiar. Sin embargo, pasando el efecto hipnótico de sus palabras, en su ausencia, acordarme de ella no era suficiente para motivarme a estudiar, yo diría que lo que me pasaba con ella era un simple embobamiento, embobamiento que también me producian algunas vecinas un tanto mayores que yo...jejeje. En esta época, hubieron también dos chicas con el nombre “X”, una con la que bailé mi primer lento y la otra que era la hermana de un compañero de clase...ufff....en el primer caso también hablaría de embobamiento y en el segundo de algo parecido a amor, aunque como antes ahora puedo asegurar que eso no era amor.

Y se acerca el ingreso a la universidad, las “musas” brillaban por su ausencia, pero he aquí que aparece la primera, lo recuerdo como si fuera ayer, estaba en el curso de verano (enero 98), y a un par de dias de haber comenzado el curso, una de mis compañeras me presenta a una amiga, que por esas cosas de la vida tenía el nombre “X”, yo de solo escuchar el nombre ya me pusé tiriton...jejeje...en fin, cuento corto, ella tenía pololo, pero eso no me importó, me bajó la del poeta, le escribí poemas como no le había escrito a nadie antes (era tan fácil escribirle a ella), le cantaba canciones cuando nos juntabamos a estudiar y ella...ella no podía ser más musa, me respondía a un poema con una sonrisa que me inspiraba el poema siguiente, cuando le cantaba ella me pedía que le cantará otra, y yo...yo más cantante me sentía. Enamorado???...la verdad es que en este punto no sabría decirlo, pero musa, musa si que erá.

Continuará...

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