miércoles, noviembre 22, 2006

Una tarde como aquella...

Era una tarde como aquella, estabas tú, estaba yo y estaba el resto, que por cierto, no era el mismo resto que el de aquella tarde. Yo sabía, tú no sabías que yo sabía y eso no te dejaba tranquila... sí, tal como aquella tarde.

Esta vez, a diferencia de aquella tarde, descubrí en el brillo de tus ojos la antesala de una confesión, una confesión en forma de pregunta, pregunta de la que yo sabía, sin que tú supieras, la respuesta... y pues así fue, en aquel lenguaje que solo tú y yo podíamos comprender, me preguntaste delante de todo el resto "sabías que..." y sin dejarte terminar te respondí con mi más dulce "sí, ya lo sabía"... sonreímos, nuestros ojos brillaron una vez más y comprendimos... sí, tal como aquella tarde.

Esta vez, a diferencia de aquella tarde, no hubieron puertas de metro que nos separasen... esta vez las puertas que se cerraron, si bien invisibles, no me dejaron ver más allá.

Esta vez no fue el corazón el que presionó mi pecho, si no todo lo contrario.

Esta tarde, a diferencia de aquella tarde, no podrá ser referida como "una tarde como aquella", no al menos con los mismos protagonistas.

Recuerdo que un buen jardinero me dijo una vez que era necesario cortar ciertos botones para que los otros crecieran más fuertes y bellos... recuerdo también que antes de partir me dijo que dejara suficientes sin cortar... evidente me pareció en su momento, y sin embargo ahora me pregunto si no los corté todos...

5 comentarios:

Vampire dijo...

Lo que haz escrito, me ha llenado de melancolia... yo tambien me pregunto si no los corte todos... y claro que te puedo convertir en vampiro tu solo me dices cuando estes listo .... jijijiji un beso enorme niño..

Anónimo dijo...

Impresionante relato! Es raro, y a veces creemos que hasta injusto, que este tipo de momentos pasen en los momentos más desafortunados. Si no es una puerta de metro, es subirse a un avión a Chilito, guardando las diferencias del caso ;). Bueno amigazo, lo dejo, echele una miradita a mi ñoñolog que está actualizado.

Feñomeno dijo...

Vampire:

Una vez que me acostumbre a la oscuridad del bosque creo que estaré listo para convertirme a vampiro...te aviso...jejeje.

Bss gigantosos para tí,

José:

Mi queridisimo amigo, que rico tenerte por estos lados... yo ya te hacía exiliado del mundo blog... que bueno que me equivoqué.

Sobre las puertas que se cierran, pues no me queda más que suspirar, comentarios extra no tengo.

Un abrazo,

Claullitriche dijo...

...bellas palabras, teñidas de dulce melancolía... las flores marchitas se van cortando, para que vengan nuevos brotes...

un abrazo niño arcoíris de otoño

Feñomeno dijo...

Clau!!!

Creo que el buen jardinero del que hablo, hubiese estado feliz de conocerte y creo que habría aprendido mucho de ti ;).

Bss,